// El toque especial de Eneko Arakama

Eneko tiene una relación especial con la naturaleza y el mundo digital. Es decir, disfruta mucho tanto con las actividades al aire libre, como con el tiempo que pasa navegando por internet cuando está en casa. Combina las actividades de calle con las aficiones que lleva a cabo en su domicilio. Y es que, desde hace tres años, Eneko se dedica a la horticultura en la finca agroecológica Karabeleko y, después de dedicarle ocho horas al día y cinco días a la semana al campo, se mete en casa “tranquilo y a gusto” a escuchar música y ver tutoriales de Youtube, a ver películas o a jugar a videojuegos como el Grand Theft Auto.
Lo que comenzó como una actividad terapéutica para hacer frente a la depresión se volvió pronto en contrato laboral y, desde entonces, trabaja de seis a ocho horas en Karabeleko, dependiendo de la temporada y la cantidad de trabajo. Además de plantar y recoger las hortalizas, también se ocupa de la gestión y preparación de las cestas y del reparto de las mismas por restaurantes y locales de la ciudad. Lo que menos le gusta es coger el coche para repartir las cestas de verduras, porque “el tráfico de Donosti es muy estresante”, pero al mismo tiempo admite con el ceño fruncido que está intentando comprarse un coche nuevo.
Al finalizar la jornada laboral y llegar a casa, a menudo se sienta frente al ordenador, ya que le “gusta estar tranquilo después del trabajo”. Al cachorro de dos meses y medio que tiene por mascota también le gusta quedarse en casa: “Es un perro un poco raro. No le gusta salir a la calle”, comenta Eneko con una media sonrisa en la cara. De vez en cuando sale a dar una vuelta con el grupo de ocio y tiempo libre de Agifes y, en cuanto a las amistades que mantiene, le gusta la “gente sana, buena y tranquila”. Por otra parte, tiene intención de empezar a nadar, para seguir el consejo de los médicos y mejorar sus dolores de espalda.
Además de ser un trabajo, la horticultura y el campo son también sus aficiones. A Eneko le interesa el cuidado del medio ambiente y tiene buena mano trabajando la tierra. Por ello, le “gustaría hacer una gira por varias ecoaldeas” del Estado, trabajando como voluntario y en contacto directo con la naturaleza. Ya ha estado en una de estas aldeas, en Almería, donde trabajó en la limpieza de tierras contaminadas, en recuperación de tierras, en la cocina y en trabajos del estilo. Aunque fuera duro, Eneko disfrutó de la experiencia y tiene como objetivo repetir en otro destino. En este sentido, le gustaría pasar un tiempo en una ecoaldea navarra que quiere conocer, y vivir en comunidad con los voluntarios y voluntarias como él. Y es que, otro de los objetivos de Eneko es independizarse, y vivir solo o en comunidad.