La depresión fue el tema central del encuentro conducido por Maider Gorostidi el pasado junio en Zumarraga. La psicóloga habló del alto grado de impotencia y sufrimiento al que se enfrentan las personas afectadas: “El levantarse por la mañana puede ser como escalar una montaña».

Gorostidi lamentó el uso incorrecto que se hace socialmente de la palabra ‘depresión’: “Sentirse triste es diferente a estar deprimido. Cuando la tristeza condiciona completamente nuestra vida es cuando se convierte en un problema”, afirmó.

La psicóloga informó, además, de que la pandemia ha contribuido a agravar la incidencia de este trastorno. Actualmente está llegando a la asociación “gente que lleva dos años sin salir de casa”.

Asimismo, Gorostidi recalcó la necesidad de incrementar los recursos y protocolos para la prevención del suicidio, puesto que “entre el 40% y 60% de las personas que se quitan la vida no reciben ningún tipo de ayuda profesional”.

El fallecimiento de su madre y las consecuencias de una enfermedad autoinmune que le diagnosticaron al año siguiente fueron algunos de los factores que condujeron a Marta a una profunda depresión en 2019. Afortunadamente, gracias al apoyo de su entorno pudo darle la vuelta a la situación.

Pero en 2021 tuvo una recaída y, con lo aprendido de la experiencia anterior, decidió pedir ayuda profesional. «Intenté buscar una solución para que mi entorno no sufriera tanto. Así que contacté con Agifes». Actualmente, Marta participa en un grupo de apoyo de la asociación: “Es una calle de doble sentido. Cada persona aporta su experiencia e
intentamos buscar una solución conjunta».

Gracias a la medicación y a la terapia individual y grupal, confiesa que a día de hoy se encuentra «bien y feliz con la familia, aunque alerta para no volver a recaer».

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El 10% de la población sufrirá al menos un episodio de depresión a lo largo de su vida.
El 40% no consultan con un profesional de la salud, por desconocimiento o por miedo.

PAUTAS PARA AFRONTAR LA DEPRESIÓN:

Salir del espacio físico habitual.
Cuidar la dieta.
Seguir un horario regular.
Llevar una rutina de sueño.
Y, por supuesto, dejarse ayudar.