Un entorno familiar adecuado es muy importante en la recuperación de un trastorno mental. La familia es un elemento clave para ayudar al afectado a seguir con su tratamiento. Por ello, es vital que las y los familiares y/o cuidadores cuiden también de sí mismos, se tomen los respiros necesarios y se apoyen en los profesionales y recursos a su alcance para poder sentirse equilibrados y con fuerza para acompañar a la persona con problemas de salud mental.