Arkaitz Velasco cuenta con una larga trayectoria en el campo de la salud mental. Contactó con Agifes hace 14 años, tras un ingreso hospitalario, y entró en el piso tutelado de Legorreta.

Desde entonces ha experimentado grandes cambios en su vida. Cuando la asociación cambió la casa de Legorreta por una de Beasain, él también hizo el traslado y pasó allí cerca de año y medio. Sin embargo, ha tenido varias estancias en el hospital, pero en la actualidad se encuentra muy bien. Vive en un piso tutelado ubicado en el barrio donostiarra de Intxaurrondo junto a otras 17 personas y se acerca diariamente al centro de Bentaberri.

EN ACCIÓN PARA MANTENER EL BIENESTAR

Dice que es útil estar en activo para mantener la salud mental. “Estoy haciendo mucho deporte: voy a pie y en bicicleta, tanto en la montaña como en el pueblo”. Cuando vivía en Legorreta le tomó la medida a la bicicleta y con los años ha adquirido una gran habilidad; explica que le gusta hacer “trucos y saltos”.

En Bentaberri también interviene en muchas actividades y dice sentirse cómodo. Durante esta entrevista, precisamente, un amigo del centro le ha convencido para que participe en las sesiones de guitarra. Menciona que también disfruta mucho de la lectura desde hace un tiempo.

PENSANDO EN VOLVER AL TRABAJO

Se acerca todos los días a la sede de Agifes en El Antiguo, pero adapta su horario al ritmo de los estudios, ya que tiene la mirada puesta en la inserción laboral. Ha sacado el título de la ESO, y estudia para obtener el Bachillerato para poder cursar un ciclo de Grado Superior.

Tiene una pequeña pena: que no ha conseguido el título de agricultura y jardinería. Antes del inicio de la pandemia le faltaba muy poco para terminar la formación que estaba realizando en Fraisoro, pero el encierro puso patas arriba sus planes. Sin embargo, a punto de retomar los estudios, tuvo que ser hospitalizado y no pudo obtener el título. “Me estaba formando para trabajar en Karabeleko, ya que por aquel entonces era usuario”. Aunque tiene ese disgusto, destaca todo lo aprendido en el camino. Confiesa que ha heredado de su familia la experiencia de dedicarse al caserío y a la huerta, y asegura que también ha hecho una gran trabajo en Karabeleko. Por otro lado, se ha dedicado profesionalmente al sector industrial durante mucho tiempo y se ha mostrado convencido de que le surgirán oportunidades laborales de una u otra manera.