¿Cómo fue tu llegada a Agifes?
Llegué a la asociación como la mayoría de las personas, en un momento de crisis, de la mano de mi mujer, que consideró insuficientes los apoyos de Osakidetza. Tengo un diagnóstico de trastorno bipolar, y cuando me acerqué por primera vez a la asociación estaba descompensado; había tenido dos brotes psicóticos en un periodo de 12 meses.

¿Qué tipo de atención recibiste?
Pasé unos tres años participando en grupos de apoyo para personas con trastorno bipolar. Tras ese periodo, me iba encontrando mejor y me di cuenta de la importancia de poner el foco en la recuperación, de reforzar el enfoque positivo. Iker, el psicólogo que me acompañaba entonces, me habló de un postgrado en salud mental colectiva y decidí realizarlo. Como trabajo final, desarrollé un proyecto que acabó materializándose en un programa piloto de Apoyo Mutuo en Agifes.

¿En qué consiste el programa?
Básicamente, una persona con experiencia vivida en salud mental pone su experiencia al servicio de otras para su proceso de recuperación. Se establece una relación de horizontalidad entre el agente de apoyo mutuo y la persona que está siendo acompañada, lo que nos permite un enfoque complementario a la relación tradicional entre paciente y profesional. Es una iniciativa pionera desde que arrancó en 2017. Agifes es la única entidad que ofrece este servicio en Gipuzkoa.

¿Cuáles son los objetivos del Apoyo Mutuo?
Sus pilares son la escucha sin juicio, el respeto y la empatía. A través del acompañamiento buscamos favorecer la autonomía de las personas y ayudarles en su proceso de empoderamiento.

¿Qué balance haces de estos casi seis años de trayectoria?
Lo más remarcable, a juicio de los participantes que rellenan una encuesta de satisfacción al finalizar su proceso, es la cercanía en la relación con el agente de apoyo mutuo y la posibilidad de hablar con un igual. Además, hacemos un seguimiento de las personas en relación a valores como la autoestima, el estigma internalizado y las etapas de recuperación, y la amplia mayoría de participantes presenta una evolución en estos aspectos.

El 80% de las personas que completan las 12 sesiones de acompañamiento refieren una mejora en aspectos como su percepción interna, autoestima, prejuicios, etc.