Ixiar Iraola es usuaria de Agifes desde hace siete años, y en la actualidad se dedica al cultivo de brotes en Karabeleko. Nos habla sobre su experiencia y sobre las labores que realiza en la finca agroecológica.
«Para mejorar es importante luchar y tener mucha paciencia»
Ixiar Iraola es usuaria de Agifes desde hace siete años, y en la actualidad se dedica al cultivo de brotes en Karabeleko. Nos habla sobre su experiencia y sobre las labores que realiza en la finca agroecológica.
¿Cuánto tiempo llevas en la finca Karabeleko?
Mi primer contacto con Agifes fue cuando me apunté a Ocio y Tiempo Libre (OTL) hace aproximadamente siete años, y más adelante entré en Karabeleko para continuar con mi proceso terapéutico. Además, aquí he tenido la oportunidad de formar parte del equipo de trabajadores en varias ocasiones, para dar apoyo en los momentos de mayor carga de trabajo. Precisamente, desde marzo, tengo un contrato de seis meses a media jornada.
¿Qué labores realizas?
Me dedico a la siembra y también soy la responsable del cultivo de los brotes. Anteriormente estuve colaborando en las labores relacionadas con la producción de plantas de hoja comestible en cuarta gama, y desde Karabeleko vieron que tenía capacidades, por lo que decidieron formarme en el ámbito de los brotes. Antes de entrar en Karabeleko ya tenía experiencia en la huerta, y la verdad es que me gusta mucho.
¿Cómo es la relación con tus compañeras y compañeros?
Es buena, nos llevamos muy bien. La mayoría del tiempo estoy sembrando, porque es mi trabajo, pero a veces viene gente a ayudarme y lo pasamos bien.
¿Qué te aporta a nivel personal trabajar aquí?
Siempre me ha sentado bien trabajar; ver que lo puedo hacer bien. Y eso me hace sentirme a gusto. Con este tipo de actividades no tengo tiempo para aburrirme; no me pesan ni me agobian. Me acuerdo de que hace 20 años empecé a medicarme y no podía ni levantarme de la cama, por lo que entrar aquí ha significado muchísimo para mí; tanto que he podido bajar la cantidad de medicación. Al principio venía dos o tres días a la semana y ahora ya trabajo los cinco laborables.
¿Podrías destacar algo que hayas aprendido sobre ti misma durante estos años?
Que hay que luchar y tener mucha paciencia para poder mejorar. Ahora tengo mucho apoyo. Mis padres han cambiado; me comprenden mejor y estoy muy a gusto con ellos. Y eso me ha estabilizado muchísimo. También tengo el apoyo de mi hermano y de su mujer. Ver que trabajas en algo tan bonito y que la gente lo valora es precioso. Ahora me siento más libre.>
¿Participas en algún otro recurso de Agifes?
También estoy en OTL, en la sede de Loiola, en Donostia. Voy todas las tardes y me viene muy bien.>
En tu tiempo libre, ¿tienes algún hobby?
Me gusta salir al balcón a ver pasar a la gente, disfrutar de las vistas al monte que tengo enfrente, el Adarra, y estar tranquila. Ahora, en otoño, también quiero coger el hábito de ir a la piscina, que me viene muy bien. También me gusta participar en cosas que van surgiendo, como en TALDE-K, por ejemplo, que es un grupo que hemos creado entre varios compañeros de Agifes para colaborar como voluntarios en carreras populares. Lo que pasa es que la COVID-19 nos ha parado todo, así que tendremos que esperar a que se retomen las pruebas deportivas para reactivar el grupo.